Epistemología

¿Qué entender por epistemología?

Generalmente un investigador científico o un profesor, antes de comenzar a profundizar en un tema de estudio, trata de tener un concepto lo más elaborado posible de los términos principales –en especial de la especificidad del contenido conceptual de cada uno de ellos– de su objeto de análisis, de las herramientas teóricas y metodológicas esenciales que utilizará, y en especial, de la disciplina a la cual le dedicará atención. “La inteligencia humana−plantea acertadamente Miguel de Zubiría− depende en mayor medida de la calidad y cantidad de los instrumentos de conocimiento disponibles que de las informaciones específicas almacenadas.”
En el caso de la epistemología, esta exigencia es fundamental dadas las posibles imprecisiones que existen respecto al contenido teórico de dicho concepto y a la diversidad de enfoques existentes sobre este término. Con independencia de que el lector ya posea su propia definición de epistemología, siempre resulta provechoso confrontarla con otras que circulan en el ámbito académico.
La etimología proviene de la palabra episteme, que en la Grecia antigua estaba articulada al proceso de construcción del saber y, por tanto, al logro de la sabiduría (sophia). La máxima expresión de esta última era la teoría, y la más eficaz encargada de cultivarla era la filosofía. En rigor, en la Grecia antigua, la episteme era a la vez diferente y superior a la ciencia y a la filosofía; las comprendía a ambas

En la cultura latina episteme sería identificada como scientia; y de ahí que en la mayoría de las lenguas modernas se impusiera el concepto de ciencia, en tanto el de episteme cayese en desuso por varios siglos.

Otros conceptos relacionados con este concepto serían los de doxa (opinión), el de gnosis referido a conocer y techné, del cual procede el concepto de técnica, concebido como saber hacer algo sin que esto implique conocer con profundidad los fundamentos teóricos del proceso por el cual se logra un determinado resultado.En lengua española prevaleció hasta hace poco tiempo el término gnoseología para referirse a la teoría del conocimiento, concebida como inherente al campo de la filosofía y no al de la ciencia ; pero quizá para evitar confusiones con el gnosticismo religioso, entró paulatinamente en desuso y ha sido reemplazado por el de epistemología, procedente del inglés, que desde mediados del siglo XIX ha tenido mayor aceptación en el ambiente académico internacional.

Aunque para algunos son términos análogos incluso para Lenin la teoría del conocimiento, la lógica y la dialéctica eran idénticos, y así ha sido comúnmente aceptado en determinadas interpretaciones del marxismo, que parece no tomar en consideración la especificidad del contenido conceptual de cada término –, no existe consenso en que sean en rigor equivalentes, pues algunos consideran que mientras la gnoseología tiene que ver con todo tipo de proceso cognitivo, la epistemología se limita al análisis del conocimiento científico. Tal diferenciación podría ser considerada algo trivial si se tiene en consideración que jamás el conocimiento científico ha podido ni podrá prescindir totalmente de todas las formas en que se enriquece la sabiduría humana. Algunos como Gustavo Bueno retoman el término de gnoseología para referirse en general a la teoría de la ciencia en tanto que a la epistemología la limitan a algunas expresiones particulares de teorías del conocimiento.

Muy discutible resulta el criterio de Gaston Bachelard y Alan Badiou, según el cual “Epistemología es el proceso de construcción de los conocimientos científicos y de su especificidad que permite distinguirlos de los saberes ideológicos, en ruptura con ellos”. Por supuesto que esta concepción par- te de la maniquea oposición entre ideología y verdad, planteada por Marx y Engels en su temprana obra La ideología alemana (1845), por fortuna superada por algunas nuevas elaboraciones desarrolladas posteriormente, entre ellas por pensadores en la tradición marxista.A la hora de pretender dar una respuesta sencilla a la compleja pregunta ¿qué significa epistemología?, se debe plantear que es aquella disciplina eminentemente teórica, que tiene como objeto analizar de forma integral el proceso del conocimiento humano desde el nivel empírico1hasta el más abstracto –sus fuentes, condiciones, medios, métodos, posibilidades, límites, etc.–, que no se reduce solo a buscar sus fuentes en la esfera material, sino también en el mundo espiritual y subjetivo. No le faltan razones a Mario Bunge, para sostener que «La epistemología o filosofía de la ciencia, es la rama de la filoso- fía que estudia la investigación científica y su producto, el conocimiento científico.» Pero tal consideración no debe conducir a la conclusión de que ella se ocupa de toda producción teórica en la historia de la humani- dad, como pretende Badiou, al plantear que «La epistemología es la teoría de la historia de lo teórico.”

Es lógico que en ese proceso de creación de un producto tan rico y complejo como es el conocimiento se presenten dificultades y obstáculos, que si el investigador no sabe cómo superar puede quedar atascado en el saber existente, e incluso existe también la posibilidad de que se sitúe en un nivel inferior al alcanzado antes. Como plantean Olga Lucia Zuluaga y Humberto Quinceno:

“La epistemología nació por un descubrimiento curioso: los científicos se dieron cuenta que el hecho de ser ciencia podía no conducira la ciencia, sino a todo lo contrario, a estar por fuera de ella. Una cosa era saber hacer ciencia. La introducción de este saber fue fundamental para situarse en la cientificidad. Descubrieron también que preocuparse por la historia de una ciencia orientaba mejor el trabajo científico pues es la evolución de una ciencia desde sus fases de construcción hasta sus esquemas formados los que explican e identifican el saber científico”.

Por tal motivo es tan necesario que el profesor pueda diferenciar resultados y métodos en el proceso de elaboración del conocimiento, a fin de que sepa transmitir a las nuevas generaciones algunas alternativas ante los inconvenientes que se les pueden presentar a quienes asumen con decisión el camino de la ciencia, la tecnología y el saber humano en general en beneficio de este y de su hábitat. De lo contrario, se puede poner en peligro la propia supervivencia de la especie humana como sucede en la actualidad.

Resulta preocupante lo planteado por Jorge Jaime Cárdenas, quien ha sostenido que “Uno de los temas menos tratado por los profesionales de la pedagogía es su estatus epistemológico, la teoría de su ciencia particular, es decir, su objeto de estudio, su cuerpo conceptual, su metodología, sus técnicas operativas, su campo de acción y de investigación, cuestión que no sucede en otras profesiones o disciplinas.”

Por fortuna la sabiduría humana hasta el presente ha sido capaz de permitir a la mayoría de los hombres avizorar los peligros que se les anteponen si no actúan en correspondencia con un mínimo de racionalidad, que se manifiesta de forma teórica o epistémica y también de forma práctica a través de la ética.

Aun cuando grupos minoritarios intenten por medio del terrorismo y la estimulación belicista encontrar “soluciones” a los conflictos y hasta pueden de manera coyuntural tomar fuerza e imponer sus criterios, a la larga el consenso mundial se impone contra los genocidios y ecocidios, e inducen a tomar caminos más afortunados para esta especie.

No faltan posturas tecnófobas que consideran que todo desarrollo de la ciencia y la tecnología es como un nefasto bumerán que revertirá negativa- mente sobre el propio hombre, por lo que estas parecieran recomendar una vuelta al estado de la naturaleza en lugar de aprovechar los conocimientos científicos y, de manera adecuada, de la cultura para contribuir al perfeccionamiento de la condición humana y del medio ambiente en el que este se desarrolla.

Sin duda la filosofía puede servirle a la especie humana para tomar con- ciencia de sus potencialidades epistémicas y axiológicas a fin de con- tribuir al perfeccionamiento de la humanidad y de la propia naturaleza, y a partir del análisis de experiencias negativas anteriores, indicar los mejores métodos para evitar su repetición y lograr objetivos superiores de mejoría de las condiciones de vida de los pueblos.

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